Parques ocultos

Seguido pasamos por lugares donde hay mobiliario urbano como bancas, escaños, juegos infantiles, muchas veces usados por tontos grandes para fumar, beber y no conformes con eso, los rayan con ininteligibles “jeroglíficos”, también les dan el uso para el cual fueron construidos, jugar, solo que no soportan el peso de los casi adultos y se deterioran más rápido de lo proyectado, desde hace unos años también hay máquinas de ejercicio, las llamadas plazas saludables, para ejercitarse al pasar, ser constantes con el ejercicio, sentir cargo de conciencia por no hacerlo, pudiendo, o lamentarse por no poder hacerlo. Lugares con asientos donde muchos ven a los niños jugar, a otros hacer deportes, pasear a sus mascotas, o a mascotas pasear a “sus humanos”. Escaños donde pensar o simplemente para ver la vida pasar, como se suele decir “pensando en la inmortalidad del cangrejo”.

Zonas con árboles de variadas especies, (nativas y exóticas) de distintas edades, tamaños y estado de conservación, y pasto, mucho pasto, el enemigo número uno de la “vegetación mayor”; muchos de estos sitios tienen bebederos, mal usados por algunos como ceniceros, por inconscientes fumadores. En otros, últimamente la mayoría, ciudadanos ponen recipientes con agua y alimento para perros urbanos, el que de seguro también es aprovechado por aves y algún otro integrante de la fauna citadina.

Por años pasé por fuera de un parque, lo miraba desde el colectivo camino a mi semanal terapia kinésica, a la fecha llevo ¡244 sesiones!, incluso comentaba con los conductores sobre el parque, que no lo conocía, ellos tampoco, solo por fuera, hablábamos de otros parques de la ciudad, de la Alameda, la plaza Arturo Prat, del verdadero crimen que cometieron con la plaza Concentradas y de otros más, hasta que un día luego de la mensual ida al CESFAM (a cierta edad y/o ciertas afecciones uno pasa del “Poli” al Hospital y viceversa), y ahí entre imponentes Secuoyas, Palmeras, Pimientos, Aromos, Pinos, Cipreses, Naranjos y otras tantas especies estaba el parque, en el que incluso hay un pequeño estanque con peces y tortugas de agua, un verdadero refugio oculto en el camino, se trata del Centro Cultural Organizarte, que está en terrenos donde se emplaza la Secretaría Regional Ministerial de Educación del Maule, que de verdad recomiendo visitar y apreciar, yo trataré de pasar más seguido por ahí.

Vaya a saber uno cuantas plazas o parques están ocultos en la ciudad, pequeñas plazas que no reciben los cuidados del parque de la secretaría, pero ahí están verdaderos refugios de la vida urbana, pequeños salvavidas para muchas especies, la nuestra incluida, que trataré de descubrir y apreciar ojalá antes que el descuido se los lleve.