Conversando (aunque él no lo sepa) con Bill Gates sobre el cambio climático

Hace una semana publiqué una nota titulada “El egoísmo de Bill Gates – la otra cara del cambio climático”. El jueves, camino a mi sesión de kinesiología, compré El Mercurio y me encontré con una coincidencia curiosa: una editorial con el título “Bill Gates y el cambio climático”.

Ambos textos se refieren a los dichos de Gates, quien afirma que el cambio climático no extinguirá a la humanidad (nota original del New York Times). Sin embargo, las respuestas difieren notablemente. El Mercurio pone el acento en la prosperidad, la innovación y la tecnología como herramientas para enfrentar el cambio climático. El mío, en cambio, busca recordar que este planeta no lo habita solo la humanidad: hay miles, quizá millones de especies que coexisten con nosotros y que, por nuestra culpa, podrían desaparecer.

Las visiones en extremo antropocéntricas me recuerdan viejas creencias ancladas en dogmas religiosos que sostienen que todas las especies existen para servir al ser humano, algo que me niego a aceptar del todo. Es cierto: usamos cientos de especies vegetales y animales para nuestra supervivencia, pero ellas no nos necesitan a nosotros para la suya. Ese es el punto que me pregunto si fue omitido deliberadamente —para provocar debate— o si simplemente refleja ese antropocentrismo que vuelve a rodearnos, incluso en plena modernidad.

Hago notar que no escribo desde el rechazo a la ciencia ni a la tecnología, sino desde una preocupación más amplia: la de quienes creemos que el verdadero desafío no es solo asegurar la supervivencia humana, sino la continuidad de la vida en todas sus formas.

Editorial “Bill Gates y el cambio climático”, jueves 7 de Noviembre de 2025